Filial de A.L.I.J.A.

Alguna vez hemos dicho que formar lectores es tarea de gigantes y de hormigas. Nos gusta pensar que tenemos algo de hormigas, por lo laborioso. Pero algo no, porque las hormigas, como alguna vez dijo Fernando Savater, no pueden elegir. Están totalmente determinadas a hacer lo que hacen. Entonces, se trata de reunir el trabajo con la posibilidad de elegir, de ir tomando decisiones que surjan del consenso.

alija-logoValga esta introducción para contar que recibimos una invitación de Carlos Silveyra para ser filial de A.L.I.J.A. en Mar del Plata y decidimos aceptar. O nos aceptamos mutuamente. Tal vez la explicación de lo que significa la sigla esté sobrando, tal vez no. Algunos de quienes leen esto pueden no saber que se trata de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina, asociada, a su vez, al I.B.B.Y., cuya sigla significa International Board on Books for Young People, es decir, Organización Internacional para el Libro Juvenil. El I.B.B.Y., entre otras formas de promover la lectura, ha instituido el Premio Hans Christian Andersen, que se otorga cada año a los escritores e ilustradores más destacados en su labor. Algo así como el Nobel de literatura.

Hemos aceptado el convite, en razón de varios motivos: primero, porque no somos gigantes y la única manera de que nuestro trabajo se expanda es tejiendo redes. Y ahí está la palabra clave, que aparece ya en el nombre de nuestra institución. En segundo lugar, porque la nueva comisión de A.L.I.J.A. quiere darle a su tarea un sesgo federal. La idea es unir esfuerzos con grupos e instituciones de diversos lugares del país y trabajar en conjunto.

Por lo tanto, nuestros socios han pasado a ser socios de A.L.I.J.A. y nuestros proyectos se irán entretejiendo con los de esta otra institución, que lleva ya mucho tiempo dedicada a la promoción de la lectura en niños y jóvenes, tarea que adquiere un carácter de resistencia cultural, en tanto no parece ser una prioridad para el mundo global. Dice Giorgio Agamben que siempre los sujetos perciben al mundo que les es contemporáneo como una era oscura. Así ha de ser. Hoy por hoy, nos sobran motivos…

Pero algunas alegrías hay. Festejemos, entonces, alzando copas y libros -simbólicos, o no tanto- porque seguramente este lazo es un nuevo hilo del tejido que hace crecer la red, punto por punto.